El Café de Fornos

El lugar donde encontramos ahora Faborit Alcalá 21 era el antiguo Café de Fornos (llamado también “El Gran Café”), uno de los muchos cafés de tertulia de Madrid.

La tertulia en el café fue una tradición muy arraigada en Madrid y otras ciudades europeas durante la ilustración. Emulando a los intelectuales franceses, en ellas se hablaba de política, literatura, amor, teatro y arte. En Madrid, durante el siglo XIX, con la llegada del Romanticismo, la tertulia se popularizó y proliferaron los cafés en los que reunirse. Artistas y escritores acudían a la ciudad desde todas los rincones de España a estrenarse en el “foro madrileño“.

En el Café del Ángel, el Café Gijón, el Café de Pombo, la Fontana de Oro, el Café Levante, el Imperial, el Universal o el Café de Fornos son algunos de los lugares en los que el aroma a café, las butacas de terciopelo, la luz tenue y el rumor de la tertulia eran habituales.

En cada café predominaba un tipo de tertuliano y de tema, en el Café de Pombo se prohibió hablar de la guerra a partir del 1936 al ser un tema habitual en otros locales, en el Café de Levante abundaban escritores y poetas tanto nuevos como consagrados, en palabras de Valle-Inclán: “el Café de Levante ha ejercido más influencia en la literatura y en el arte contemporáneo que dos o tres universidades y academias”. Y en nuestro Café de Fornos predominaban tertulianos variopintos como artistas, escritores, actores, toreros y futbolistas.

Este punto de encuentro abrió sus puertas en 1807 y cerró definitivamente en 1908. Gustavo Adolfo Bécquer cubrió la inauguración para la revista La ilustración de Madrid y A.Bonet lo describió así: “contaba con elegantes gabinetes reservados y salas que como acordeones se ampliaban para banquetes. Era un local solemne, patricio y serio, de cocina y tono europeizantes. Decorado con pinturas de Sala, Gomar y Plasencia entre otros, tenía muebles de caoba y sus muros estaban cubiertos por grandes espejos”. El Fornos tenía una doble cara, de día un restaurante lujoso y de noche un lugar de tertulia y ocio. Entre sus asiduos estaban Azorín, Pío Baroja, Menéndez Pelayo o Manuel Machado.

El Banco Vitalicio, años después del cierre del emblemático café, decidió reconstruir el edificio e instalar allí su sede. Aún es visible una placa en la fachada en recuerdo de este emblemático café de Madrid.

Faborit Alcalá 21 con Calle Peligros antiguo café fornos

Comentarios

    ORNELA
    29 abril, 2015
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    El Banco Vitalicio, años después del cierre del emblemático café, decidió reconstruir el edificio e instalar allí su sede. Aún es visible una placa en la fachada en recuerdo de este emblemático café de Madrid.

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